El crecimiento de la economía salvadoreña, medido a partir del Producto Interno Bruto (PIB), ascendió a 3.5% al cierre de 2023, superando diversos desafíos y el crecimiento proyectado para ese año.
Según las estimaciones realizadas por el Banco Central de Reserva, con la información disponible a la fecha, el valor nominal del PIB de 2023 fue de US$34,015.62 millones, lo cual significó un aumento de US$2,026.7 millones respecto al PIB de 2022.
Desde el enfoque de la producción, se observó crecimiento en 17 de las 19 actividades que componen el PIB, destacándose con mayor incremento anual: La Construcción con 17.9%; Electricidad (14.6%); Servicios profesionales y técnicos (11.1%); Servicios de esparcimiento (10.2%); Servicios financieros (7.5%); Servicios de administración y apoyo (4.5%); Comunicaciones (4.1%); y Servicios del Gobierno con un 3.9%.
A lo largo de 2023, diversos factores contribuyeron de manera positiva a la actividad productiva, entre ellos:
• El desarrollo de proyectos de inversión pública y privada, tales como carreteras, pasos a desnivel, puertos, mejoras en aeropuerto y hospitales, obras de construcción en centros de educación superior, proyectos residenciales de infraestructura horizontal y vertical, edificios corporativos, centros comerciales, entre otros;
• El mayor dinamismo de la Construcción y aumento en la demanda de servicios, principalmente los asociados a la construcción;
• Promoción y aumento del turismo interno y externo, registrándose 3.4 millones de visitantes internacionales en 2023 según el Ministerio de Turismo (MITUR), lo que significó un aumento del 33% respecto a 2022. Esto incidió, a su vez, en las actividades asociadas al turismo;
• Desarrollo de los XXIV Juegos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2023, que implicaron la construcción y remodelación de escenarios deportivos, los cuales fueron utilizados posteriormente para otros eventos deportivos;
• El posicionamiento como país sede de torneos internacionales de surf. Durante el año 2023 se desarrollaron seis eventos de escala internacional que colocaron al país como un referente en este deporte, generando el interés para el desarrollo de nuevos eventos;
• Asimismo, la participación de El Salvador como país sede del Certamen Internacional de belleza Miss Universe 2023, evento que atrajo a muchos visitantes, requirió el acondicionamiento de infraestructura e impactó positivamente la demanda de servicios de restaurantes y hoteles, comunicaciones, transporte, agencias de viajes, servicios personales, comercio, entre otros.
De igual forma, la continuidad de las estrategias de seguridad pública, que han hecho posible la reducción significativa de actos delictivos, continuaron facilitando el desarrollo de diferentes actividades productivas e impulsando el turismo.
Por otra parte, el incremento en la generación de electricidad aseguró la cobertura de la demanda local y el crecimiento de las exportaciones a los países de la región centroamericana, así como la reducción de las importaciones. En esta actividad, también destacó la inauguración de la Central Hidroeléctrica 3 de Febrero, con la que se espera que El Salvador siga posicionándose como un proveedor del mercado eléctrico de la región.
Desde el enfoque del gasto, los agregados macroeconómicos registraron condiciones favorables que estimularon las variables que más aportaron al PIB: La inversión creció 8.9%, mientras que las exportaciones crecieron 5.2%, como resultado del crecimiento de las exportaciones de servicios; en tanto, el consumo privado y consumo público aumentaron en 3.4% y 3.2%, respectivamente.
Para 2024 se proyecta un crecimiento de la economía dentro del rango del 3.0% al 3.5%, impulsado principalmente por la inversión privada y pública y el turismo en un ambiente de seguridad y certidumbre para la población y las empresas, así como la recuperación de la demanda externa, que favorecerá a las exportaciones.
Se espera que este año se registre una inflación que oscile entre 0.5% y 1.0% debido a factores como el comportamiento del precio internacional del petróleo y sus derivados, la continuidad de proyectos de diversificación de la matriz energética impulsados por recursos renovables, lo que permitirá mantener bajos los precios de la electricidad, así como una moderada disminución en los precios de los alimentos.
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